En esta casa defendemos siempre la importancia del tiempo y dicen que el tiempo todo lo cura y que también todo lo pone en su lugar.
Bien, hace exactamente seis años y medio, en mayo de 2015, cuando el hijo de Isabel tenía un mes de vida, se le diagnosticó una cardiopatía congénita severa. Drenaje venoso anómalo total se llamo su pesadilla.
Un mes. En sólo un mes, Carlitos fue diagnosticado, intervenido con carácter urgente, estabilizado y devuelto a la vida normal. Carlitos es ahora un niño normal, con un corazón extraordinario eso sí.
Este tipo de familias, que sufren de este tipo de golpes se dan de bruces con una realidad que, no esperan, que desconocen, que les sobrepasa y que les hunde en la peor de las tristezas, en la impotencia y muchas veces en la soledad y la incomprensión.
En el caso del hijo de Isabel, tuvo una suerte inmensa, Carlitos pasó del nada al todo, de un pronóstico muy muy grave, a ser un niño con una vida por delante. Lamentablemente no es así en todos los casos, a veces los finales no son felices y otras veces el camino está llenísimo de obstáculos.
Por suerte para estas familias, por casualidades de la vida, del destino o de lo que sea, conocen a asociaciones como Corazón y Vida. En el caso de Isabel, la conocieron al año de la operación de Carlos. Ella siempre dice que está asociación fue su salvación: le brindaron apoyo moral, apoyo psicológico, acompañamiento emocional y además gracias a ellos tuvieron la oportunidad de conocer a otras familias con historias en la mochila muy parecidas a la suya.
Digamos que Corazón y Vida para ella fue un golpe de suerte. Fue su suerte. Porque Carlitos lleva la cicatriz en el pecho, pero la familia, lleva el siete en el alma y las cicatrices del alma, muchas veces pesan mucho más que las que se ven delante de un espejo. En Corazón y Vida, les ayudaron a comprender, a no culpabilizarse, a encontrar porqués y eso ayuda a sanar y a tirar para adelante.
Por esta razón, en esta casa nos sentimos comprometidos con las causas buenas y justas. Aquí no estamos para vender a cuatro una cosa que nos ha costado hacer dos. Creemos que es posible mejorar algo de lo que nos rodea… Y claro, a veces nos ponemos a darle vueltas a las cosas… ¿Qué puedo hacer yo para ayudar a esta gente?
Nosotros lo único que sabemos es hacer forja y, ¿sabéis qué? hace unas semanas tuvimos una gran idea, decidimos donar uno de nuestros cabeceros, el modelo Coín concretamente, para la causa de esta asociación. Lo que van a hacer con él es una subasta, el precio de salida es 50 euros y todo lo recaudado va para la asociación. El precio pagado incluye transporte hacia tu casa, en Península y Baleares. Te animamos a participar en la subasta, porque además de llevarte un bonito cabecero por nada y menos, ayudas a ayudar a más familias como la de Isabel, que necesitan que estas asociación siga haciendo lo que hace.
Puedes ver toda la info aquí.