Diseñando, midiendo para crear nuestro cabecero de hierro forjado modelo CARLA, me viene al recuerdo con una exactitud matemática la primera vez que mis padres me dejaron cambiar totalmente mi dormitorio. Me dejaron cambiar el color de la pared, una estantería, las cortinas, poner una cama más grande.
Ahora, en este mundo exprés en que todo es tan efervescente, rápido, de usar y tirar, quizá parezca una barbaridad tener la misma cama y el mismo dormitorio desde que una persona nace hasta que cumple los diecisiete años, pero este fue mi caso. Y un cabecero de hierro forjado es una opción muy versátil, eterna, económica… Preciosa.
Dormí hasta los diecisiete en la misma cama, con el mismo colchón (y tengo una columna perfectamente sana y funcional).
Recuerdo el olor de la pintura verde en la pared, aquel cabecero de hierro negro, la estantería de madera de pino pintada en marrón oscuro… Me hacía una ilusión enorme. Después el tacto áspero de las sábanas nuevas para una cama mucho más grande, ¡de 105 cms nada menos! Recuerdo también que estuve como una semana sin poder dormir en aquel colchón al que mi cuerpo no se hacía y también que al final tuve que ir en busca de mi vieja almohada.
Pero todo me hacía tanta ilusión que no me quejé ni una sola vez.
Hace un mes o así, me llamó una clienta encantadora: Mayte.
Mayte estaba cambiando el cuarto de su hija adolescente y andaba buscando un cabecero muy especial, «como los antiguos», pero no lo encontraba por ningún lado y claro, Carla, su hija estaba completamente enamorada de él, no valía otro. Como si de un traje de novia se tratase, aquél era el cabecero de hierro forjado que iba con su dormitorio soñado.
Se plantearon incluso la posibilidad de pedirlo fuera, pero claro, ¿quién se atreve a hacer un pedido fuera de España y enviar dinero fuera así porque sí?
Me llamó como última opción y casi con toda la esperanza perdida y… Voíla!!!! «Hacemos lo que nos pidas», fue la frase mágica y a través de la voz de Mayte casi podía sentir su sonrisa. Fue así como nació el cabecero de hierro forjado modelo CARLA.
Nos tomamos unos veinte días para conseguir lo que buscaba y, finalmente, lo enviamos. Sólo podemos decir que está encantada y su hija Carla, mucho más… Ahora ellas tienen el cabecero que buscaban y están felices y nosotros un modelo nuevo de cabecero de hierro forjado, que, adivina como se llama… ¡CARLA! Aquí puedes verlo.