Siempre he tenido una manía bastante curiosa con las botellas de vidrio: las guardaba todas. Todas me parecían únicas, sencillas, originales y con un potencial increíble para la decoración. Algo parecido le pasaba a mi madre y así, a mis casi 35, me veo con una colección inmensa, las suyas y las mías: viejas, nuevas, de colores y transparentes, más chatas, más altas y finas… ¡Hay de todas! Algún día, cuando tenga una casa más grande, tendré una estantería solo para ellas… Os dejo de momento, algunas ideas que he encontrado, seguro que a vosotros también os inspiran …